reflexion pelotuda

A veces el tiempo y la estupidez se juntan para charlar, son buenos amigos, pero no pueden verse mucho porque cada uno tiene sus propias obligaciones. Están muy ocupados.

Pero cuando se juntan, charlan durante horas y se ríen juntos, se ríen de las cosas que hicieron en tiempos pasados, y planifican que van a hacer en un futuro. Es un ritual sencillo, pero emocionante para los dos.

Resulta que el tiempo es mas viejo que la estupidez, y tiene un poco mas de experiencia en algunas cosas.

Pero la estupidez es una gran maestra, a diferencia del tiempo, que solamente piensa en el, y nada mas. Así es que la estupidez hace confundir a las personas para que se golpeen, se manden macanas, para que se equivoquen.

Un maestro chino tan viejo como ambos una vez dijo que el hombre encuentra su destino en el camino que toma para evitarlo, así que la estupidez, conociendo este refrán, nos obliga a hacer estupideces, para equivocarnos y hacernos sufrir. Porque sabe que el dolor es una gran inspiración para nosotros, un gran maestro. El dolor nos hace crecer, nos abre puertas a lugares desconocidos de nuestra mente, y sobre todo nos obliga a trabajar sobre nuestros propios defectos. Aunque nos siempre es así, pero ese es otro tema.

Extraño cuando era solamente un estupido y podía confundirme con todo lo que se me antojaba. Porque cuando el tiempo pasa te acota el espectro de estupidez. A medida que uno crece ya no puede ser tan estupido y tiene que trabajar.

Ahí es a donde quiero ir.

Hay tantas mentes podridas que creen que pueden hacer de la estupidez una obra maestra, infectando a jóvenes, vendiéndoles mediocridad y porquerías. Pero no saben que la estupidez y el tiempo, cuando se juntan, se ríen de ellos. Porque claro esta que el tiempo pasa y la muerte a todos nos abraza. Y las personas crecen y cambian. Se transforman.

La fruta podrida siempre va a estar podrida. Y siempre servirá para que otras formas de vida se alimenten, y para nutrir una vez más a la misma planta, que seguirá dando frutos.

Para los que no aprenden, volverán sobre sus pasos, una y otra vez, hasta que maduren, hasta que entiendan, asimilen, comprendan, y trabajen. El tiempo y la estupidez se encargaran de eso.